La fe no conoce derrota.
La fe no conoce derrota. Aunque hubiera cinco mil parados allí en ese lugar, nada pudo estorbarle. Aunque su iglesia la expulsara, y sus vecinas se burlaran de ella. Pero un Dios que pudo abrir los ojos ciegos de un hombre, la noche anterior, podía también resucitar a su bebé, porque Él es el mismo Dios ayer, hoy, y por los siglos.
Pero cuando Dios dice alguna cosa, es perfecto. Él no tiene que cambiarla.“Abraham no dudó de la promesa de Dios, por incredulidad; sino que se fortaleció, dando alabanzas a Dios, por cuanto sabía que Él era poderoso para llevar a cabo, o para cumplir, o para hacer aquello que Él había prometido”.
Entonces, Si Dios alguna vez es llamado a la escena para tomar una decisión, la primera decisión que Él toma, tiene que seguir siempre siendo la misma. Jamás puede cambiar. No puede ser alterada, por cuanto Él es infinito. Y todo lo que es infinito jamás tuvo un principio o un fin. Así que Él no puede retirarla el año siguiente, y decir: “Yo estaba errado”.
41
Y entonces, si esa fue Su decisión, entonces cada hombre que hace esa misma, llega a esa misma decisión que Dios tomó por un hombre en base a su fe, para creerlo, Él tiene que encontrarse con esa misma cosa cada vez que un hombre lo cree. Dios tiene que actuar, cada vez, de la manera que actuó la primera vez, o Él actuó mal la primera vez. ¿Y quién puede acusar a Dios de actuar mal? Dios siempre tiene que permanecer con Su decisión.
42
“¡Si puedes creer!” Ahora, para lograr algo, Ud. tiene que fijarse una meta y decir: “Yo creo esto ”, y amarrarse de eso, y seguir halando, acercándose más eso, sabiendo que Ud… que está allí, y sabiendo que hay algo allí a lo cual Ud. va a llegar.
43
Como se dijo del muchachito que tenía el cometa, que estaba sosteniendo la cuerda en la mano. Él dijo, el hombre le preguntó: “Hijo, ¿qué estás sosteniendo?” Él dijo: “Mi cometa”. Él dijo: “Yo no veo nada sino una cuerda”. Él dijo: “Pero hay un cometa en el extremo de ella”. El hombre miró hacia arriba y dijo: “Yo no veo el cometa”. El muchachito dijo: “Yo tampoco”. Él dijo: “Bueno, ¿cómo sabes que tienes un cometa?” Él dijo: “Porque puedo sentirlo halando en el extremo”.
44
Bueno, así es la fe. “Fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Mientras que Ud. fije su fe en eso, y luego se ancle en ello, Ud. llegará a eso. No importa si puede verlo, o no, Ud. sabe que está allí de todos modos. Ud. está tirando de eso, y eso lo está halando a Ud. Y todo hombre que
alguna vez hizo algo que haya valido la pena, se fijó una meta, y luego fue persistente, perseverante, para lograr eso: grandes hombres.
45
George Washington, a quien llaman: “El padre de nuestra nación”, cuando él llegó a Valley Forge. Después de pasar toda la noche en oración, a tal grado PERSEVERANCIA que estaba mojado con la nieve, más arriba de la cintura, arrodillado en la nieve, al día siguiente cruzó el río Delaware, lleno de hielo. ¿Por qué? Porque él fue perseverante. Él tenía la respuesta. Nada iba a interponerse en su camino. Aunque tres o cuatro fusiles… balas de fusil atravesaron su abrigo, pero no le hicieron daño. Él trató… Él quería lograr algo, y había orado fervientemente al respecto, y fue perseverante. Nada le estorbó.
46
¿Pudieran imaginarse a Noé en sus días, lo perseverante que fue Noé? Miren, él era un simple agricultor.
47
Y quizás ellos vivieron en un día de mayor investigación científica, que la que tenemos hoy, porque en aquellos días ellos construyeron pirámides. Y si alguno de Uds. ha tenido el privilegio de estar en la gran pirámide egipcia y ver la Esfinge y lo demás, pues, ¡es asombroso ver eso! ¡Cómo pudieron alzar
esas piedras tan enormes en el aire, casi a la altura de una cuadra, pesando ellas miles de toneladas! Nosotros no podríamos reproducir eso el día de hoy. No entendemos. Ellos tenían algo.
48
Ellos tenían un colorante. Tenían algo con lo cual podían embalsamar un cuerpo, que podía hacerlo verse bastante natural por miles de años. Nosotros no tenemos ese arte, colorante, y demás, que tenían ellos; fue una gran edad científica.
49
Pero un día, mientras Noé estaba en el—el campo, quizás arreglando su cosecha, Dios se le apareció y le dijo: “Haz preparativos para la salvación de tu casa, y construye un arca. Y va llover”.
50
Ahora, nosotros sabemos que en el mundo antediluviano no había llovido. Y miren, eso no cuadraba con los pensadores científicos de aquel día. Su mensaje era contrario. No cabe duda que científicos inteligentes fueron a él y le dijeron: “Ahora, fíjese en esto, Sr. Noé. Mire, nosotros tenemos instrumentos que podemos disparar hasta la luna, y podemos hacer todos estos estudios científicos. Y no hay agua allá arriba. ¿Cómo es que va a caer agua de allá, cuando no hay agua allá arriba que pueda caer? Ud. es un tonto. Ud. está
haciendo algo que es absurdo. Allá arriba no hay agua”.
51
Pero Noé podía decir: “Dios dijo que llovería, y eso lo concluye. Dios lo dijo”. Él fue persistente por ciento veinte años, ante el mundo científico de su día, reclamando aún que su mensaje estaba correcto por cuanto había venido de parte de Dios. Él tenía una meta que alcanzar. Él tenía un mensaje que llevar, y fue persistente en hacerlo. No importaba lo que dijera el resto del mundo, Noé había oído de parte de Dios. Eso era todo lo que a él le importaba. Él había escuchado la Voz. Él estaba seguro que era Dios, y estaba preparando algo que para el mundo parecía una locura. Pero, sin embargo, Noé sabía que Dios cumpliría Su Palabra.
0 comentarios:
Publicar un comentario