Oye, hijo mio,
la instrucción de tu padre, y no
desprecies la dirección de tu madre
Porque adorno y gracia serán a tu cabeza
y collares a tu cuello
Guarda, hijo mio, el mandamiento de tu padre
y no dejes la enseñanza de tu madre;
Átalos siempre en tu corazón ,
Enlázalos a tu cuello.
Te guiarán cuando andes; cuando
duermas te guardarán;
Hablarán contigo cuando despiertes.
Porque el mandamiento
es lámpara, y la enseñanza es luz.
y camino de vida las reprensiones que te instruyan.
J.Marvic/esel.
0 comentarios:
Publicar un comentario